EL BOHÍO
Algunas de las tipologías constructivas utilizadas por nuestros aborígenes han trascendido hasta nuestros días en el medio rural. El bohío se ha mantenido en uso durante cientos de años, formando parte del paisaje cubano rural fundamentalmente por su adecuación a las condiciones climáticas y por la facilidad que brinda la obtención de los materiales a emplear del propio entorno inmediato, sin grandes inversiones económicas, favorecido por la presencia de la palma en nuestros campos de la que se utilizan todas sus partes, el tronco para sacar tablas, las hojas para el guano de la cubierta, el envés o ‘yagua’ para recubrir paredes y divisiones interiores y el palmiche para alimento animal. Se comportan muy bien ante huracanes sobre todo el ‘vara en tierra’. Una tipología particular lo constituye el llamado ‘bohío de culata’ que encontramos en la región oriental con paredes laterales curvas o poligonales en los extremos, una combinación de la plantas circular del primitivo ‘caney’, y el trazado rectangular del tradicional bohío. Estas construcciones han evolucionado incorporando nuevos materiales contemporáneos y las condiciones necesarias para satisfacer las necesidades de la vida moderna.