LOS CINES DE MI BARRIO
Consideraba que las temáticas del acercamiento a mi barrio se encontraban un poco agotadas, pero en mis recorridos cotidianos descubrí que existía un tema que ameritaba compartir con ustedes en un nuevo timbre-mosaico: los cines. En 1959 La Habana era la ciudad del mundo con el mayor número de salas de cine, más de 150 en total, superando a New York y Paris que ocupaban el segundo y tercer lugar respectivamente. En nuestro barrio está expresada claramente esta realidad, hemos localizado 19 cines cuyo volumen constructivo es notable porque muchos contaban con platea, balcony y escenario para teatro. En su estado de conservación predomina el deterioro, el abandono y la ruina. Algunos han sido demolidos totalmente. No se realizan proyecciones cinematográficas, se dedican a diferentes actividades: compañías de danza, circo, teatro, títeres, gimnasio, almacén e incluso viviendas. Sus nombres reflejan el sitio en que se ubican Santos Suárez (demolido), Luyanó; se dedican a personas Norma, Dora; a regiones geográficas Florida, Erie, de connotación religiosa Santa Catalina, San Miguel, a referencias mitológicas Apolo, Fénix y algunos grandilocuentes como Ritz y Tosca (demolido). En su arquitectura se aprecian rasgos eclécticos en los iniciales y una fuerte influencia del art deco, que desde su aparición incorporó esta función en una gran cantidad de edificios dedicados a cine, presentes aún en toda la ciudad, así como diseños arquitectónicos con marcados rasgos de modernidad. Resultan penosa las condiciones en que se encuentran la mayoría de estos inmuebles que ocupan posición destacadas en el contexto urbano construido, con enormes potencialidades, totalmente subutilizados o con usos inadecuados.